¿Es verdad que comer demasiado pan tiene consecuencias?
Sí, todo lo tiene y las consecuencias vienen en exceso cuándo consumes en exceso.
¿Entonces necesito dejar de comer pan?
No, bueno… depende. Consulta a tu nutriólogo, pero para la mayoría de nosotros, la respuesta es un rotundo No. Un no, acompañado de un “pero es conveniente comer menos pan”. Una o dos veces a la semana sería una buena medida.
¡Pero es tan rico!
Lo sé y además es un alimento confort;
¿Qué es un alimento de confort?
Uno de esos alimentos que son como un apapacho, uno de esos alimentos que hemos elegido como fuente de apoyo y escape ante los momentos desagradables de la vida.
Siempre digo que no hay alimentos malos y lo digo en serio y hasta me atrevo a apostar que tengo razón. El pan no es malo y elegirlo como alimento de confort tampoco es malo, pero puede ser terriblemente inconveniente. Trata de recordar en el último año, un solo día en el que no tuvieras un momento incomodo o desagradable. ¿No hubo un momento del día en sintieras aburrimiento o tristeza o enojo o hartazgo o cansancio? Son inevitables. Incluso cuándo estamos de vacaciones es muy probable encontrar una situación incómoda, porque nos quemamos o estamos esperando a hacer el check-in y hay fila, porque el mesero se tarda demasiado en la comida… y entonces hay una canasta de pan.
Si la mayoría de los días tienen momentos incomodos, entonces la mayoría de los días podemos recurrir a nuestro alimento de confort. Es decir, la mayoría de los días podemos comer pan. Eso, tarde o temprano, tendrá consecuencias en nuestra salud.
Dejar un alimento confort requiere reconocer y enfrentar las emociones que nos llevan a él. Se dice fácil y puede serlo con ayuda y muchas ganas.
Si no estamos listos para eso, siempre podemos sustituirlo con otra cosa, elegir otro apoyo y escape a los momentos incomodos de la vida, uno que no tenga tantas consecuencias negativas, y quizá hasta tenga algunas positivas
Hay alternativas simples:
La mayor parte de la semana cambiar el pan dulce, por pan tostado con mermelada. Y sólo comer pan 1 o 2 veces a la semana, de preferencia cuándo estemos de buenas y acompañados.
Hay alternativas más efectivas:
Incorporar a nuestro día actividades positivas (que no tengan que ver con trabajo o administración de la casa) y que sirvan cómo apoyo. Normalmente estas actividades son artísticas, pintar, leer, escribir, bailar.
Así dejaras de hacerle guerra al pan, porque no hace falta y los días que lo comas será más fácil disfrutarlo.
#JulioUriega #Nutreamor
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