¿Necesitas vitaminas? Parte 5:
Es posible encontrar otro tipo de complementos. Después de todo, la comida es más que vitaminas, carbohidratos, minerales y proteínas. Si los humanos, figurativamente hablando, “contenemos multitudes”, los alimentos, hablando literalmente, contienen multitudes de sustancias, cada una con un efecto acorde a la dosis (la diferencia entre medicamento, veneno o alimento es a menudo eso… la dosis).
En las últimas décadas hemos conocido más y más nuestros alimentos de siempre, encontrando estas sustancias en ellos. Las vitaminas sólo tuvieron la suerte de ser las primeras. Quizá porque son más abundantes, o porque no tenerlas tiene efectos más desagradables; que te sangren las encías o la muerte. Pero, en realidad, casi todo alimento (sobre todo las plantas) tiene alguna sustancia que podría traer beneficios adicionales.
Cada tantos meses se pone de moda un alimento nuevo (y las pastillas derivadas del mismo) porque alguien descubre beneficios potenciales en uno de sus componentes y otra persona decide hacer mucho dinero exagerando esos beneficios. Aquí recomiendo siempre bajarle dos rayitas. Si te dicen que es la octava maravilla, muy probablemente sea la sexta maravilla. Si te dicen que puede retrasar el envejecimiento y curar la fealdad, sólo quieren que les des mucho dinero.
Aun así, en este tipo de complementos hay algunos más recomendables que otros. Aquí resumiré tres de los grupos más importantes.
PROBIÓTICOS: Voy a decir que son la décima maravilla para que, aplicando el párrafo anterior, sepamos que en realidad sí son la octava maravilla. No son exactamente un alimento ni una sustancia. Son bacterias que viven en nuestro intestino, nuestra piel y nuestras mucosas. Ayudan a combatir la inflamación (Ej. Colitis), producen algunas sustancias buenas (Ej. Vit. K), evitan que otras bacterias “malas” nos infecten y ayudan en la digestión.
Hay muchas investigaciones al respecto y no me sorprendería que en unos años sepamos lo suficiente para que sean estos los complementos más populares y efectivos. Incluso para apoyar en el tratamiento de enfermedades psicológicas.
Nuestro ciclo de vida nos presenta con varias oportunidades de obtener probióticos de manera natural. Empezando por el momento en que nacemos (desventaja para la cesárea) y la lactancia materna (desventaja para las formulas). Sin embargo, en nuestro tiempo industrializado es cada vez menos frecuente tener una alimentación suficientemente natural para que esto suceda por sí solo. Además conviene consumirlos de manera cotidiana y eso es más fácil a través de una pastilla, polvo, ampolleta o por fermentos tradicionales (kéfir/búlgaros o kombucha).
La única presentación que no recomendaría es la que podemos encontrar en los refrigeradores de lácteos y que nos daban de chiquitos (estoy evitando mencionarla). Por su presentación tiene azúcar y al no provenir de una farmacéutica (a diferencia de otras marcas) tiene más riesgo de morir en la línea de producción o camino a nuestra casa.
Últimamente se recomiendan consumir con Pre-bióticos; estos son el alimento de las bacterias probióticas. El nombre por el que lo conocemos normalmente es “fibra”. No necesitamos grandes investigaciones para demostrar que comer fibra es buena idea.
OMEGAS: Este es uno de los más recomendables… y de los más peligrosos.
A diferencia de los multivitamínicos, el omega 3 sí tiene efectividad demostrada para prevenir enfermedades. Es un antioxidante maravilloso, lo cual quiere decir que previene varias enfermedades y ayuda a formar neuronas de mejor calidad.
El detalle que hace al complemento de Omega 3 tan recomendable es que, mientras en los anteriores hemos dicho que es posible conseguirlos a través de una dieta completa, consumir suficiente Omega 3 a través de la comida implica comer graaaaandes cantidades de salmón (y otros pescados similares), específicamente orgánico y “salvaje”; porque los salmones que crecen en cautiverio (la mayoría de los que consumimos nosotros) NO producen suficiente omega 3.
Por otro lado, los complementos de omega pueden ser peligrosos por el omega 6. Es más fácil de conseguir a través de la dieta y complementarlo podría llevarnos rápidamente a un exceso tóxico. Así que, si vas a tomar un complemento de omegas, cuida que sea exclusivamente de omega 3.
FITOQUÍMICOS: Aquí están todos los complementos de alcachofa, nopal, ajo y la planta que esté de moda mientras lees esto. Se les llama fitoquímicos porque son los químicos que encontramos en las plantas. Las uvas rojas (y el vino) tienen resveratrol, el jitomate tiene licopeno, la soya tiene genisteína y cada planta tiene otras 20 sustancias de nombres extraños (como mencionamos desde la parte 2).
Para muchas de estas sustancias hay evidencia fuerte al respecto de su efectividad. Pero nada es tan fácil; hay varios puntos a considerar antes de tomar un complemento de estos.
El primero es saber que es efectivo en la población a la que perteneces (en mi caso México). Por ejemplo, hay sustancias y alimentos que tienen efectos en población mediterránea, pero que causan un efecto diferente en población latina. Casi siempre, los alimentos más recomendables para una población son los que crecen en el lugar de origen (en el caso de México sería el aguacate, el nopal y el maíz, en lugar del aceite de oliva, el kale y la quínoa).
El segundo reto… y el más peligroso, es que la pastilla tenga lo que te están vendiendo. Ya hablamos en la parte 4 del dinero involucrado y sobre las leyes poco estrictas. Es fácil encontrar pastillas falsas.
Tercer reto. Que la planta en cuestión no sea dañina. Que sea “natural” no quiere decir que sea saludable. El cianuro es natural, la cocaína es natural, pero no por eso los pediatras lo recomiendan. De hecho… todo es natural, pero ese es tema de otro día.
Cuarto y más importante: El químico en cuestión ¿Funciona mejor en pastilla o a través del alimento? Aquí hay dos grandes clasificaciones. Hay sustancias que se aprovechan mejor en el alimento original, porque necesitan la interacción con las otras 20 cosas que contiene (Véase parte 3). Por otro lado, hay sustancias que se aprovechan mejor a través de pastilla, porque la cantidad de alimento que necesitaríamos comer para recibir el beneficio es imposible de comer; similar al omega 3.
Hablar de cada fitoquímicos individualmente requeriría convertir este artículo en un libro. De hecho, existen varios libros al respecto. Yo tengo uno excelente del Dr. Michael Greger llamado “How NOT to die”. Aun así, lo más recomendable será siempre consultarlo con un profesional de la alimentación. Recuerda, te darán una recomendación informada al respecto del complemento, considerando tu caso particular.
#JulioUriega # NutreAmor
Extras y fuentes:
- La marca de complementos que más me gusta: https://mau_salud.usana.com/pwp/#/site/214273848/page/751604
- El vídeo que inspiró este artículo: https://www.youtube.com/watch?v=HKfcAnlMueg
- Posibles beneficios de otro tipo de complementos (antioxidantes): https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31580490
- Complementos que NO contienen lo que anuncia la etiqueta: https://www.youtube.com/watch?v=TQI3dlQP5gI
- Base de datos de fitoquímicos con sus usos, riesgos y recomendaciones: https://www.nccih.nih.gov/health/how-safe-is-this-product-or-practice
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